El impacto del fast fashion en el medio ambiente: una llamada a la acción consciente
La industria de la moda ha sido durante siglos una expresión de creatividad, identidad y cultura. Sin embargo, en las últimas décadas, el fenómeno del fast fashion ha transformado drásticamente la forma en la que producimos, consumimos y desechamos la ropa. Esta tendencia, que prioriza la rapidez, la rotación constante de productos y los precios bajos, ha tenido un impacto ambiental alarmante.
¿Qué hay detrás del precio bajo?
La producción masiva de prendas en tiempos récord exige una enorme cantidad de recursos naturales. Por ejemplo, la fabricación de una sola camiseta de algodón puede requerir hasta 2,700 litros de agua, suficiente para que una persona beba por más de dos años. Además, el uso intensivo de pesticidas y químicos contamina suelos y ríos, afectando ecosistemas completos.
La ONU estima que la industria textil representa aproximadamente el 20% de las aguas residuales a nivel mundial. A esto se suma la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de fábricas que, en su mayoría, operan con combustibles fósiles.
La vida breve de una prenda
Uno de los grandes retos del fast fashion es su ciclo de vida extremadamente corto. Muchas prendas están diseñadas para durar solo una temporada, lo que genera una cultura de consumo desechable. Se calcula que cada año se desechan más de 92 millones de toneladas de ropa en todo el mundo. Mucha de esta ropa termina en vertederos, donde materiales sintéticos como el poliéster pueden tardar hasta 200 años en degradarse, liberando microplásticos y toxinas al ambiente.
La moda responsable como solución
Aquí es donde el diseño consciente cobra fuerza. En Universidad IUM, a través de la carrera de Diseño de Modas, formamos a profesionales creativos con una visión crítica y responsable del entorno. Nuestros estudiantes no solo aprenden a crear prendas estéticamente atractivas, sino también a considerar procesos sostenibles, materiales amigables con el medio ambiente y modelos de producción éticos.
Desde el ecodiseño hasta la reutilización textil, la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. No se trata de detener la moda, sino de transformarla.
La moda puede y debe ser una herramienta de cambio. Como consumidores, podemos optar por piezas de calidad, apoyar marcas con compromisos reales hacia el medio ambiente y extender el ciclo de vida de nuestras prendas. Y como diseñadores en formación, tenemos la oportunidad de liderar una nueva era en la moda: una más ética, consciente y duradera.
En IUM creemos en una moda que deja huella, pero no en el planeta.
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