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Soft skills: herramientas para la vida

¿Qué son?

Las soft skills, también conocidas como habilidades blandas, se refieren a las características personales y sociales relacionadas con el carácter que facilitan las relaciones interpersonales y el desempeño exitoso en diversos ámbitos, incluyendo el laboral. Son distintas a las hard skills, pues estas son las habilidades técnicas que se adquieren a través de la educación formal, la formación profesional y la experiencia laboral.

Habilidades sociales, rasgos de personalidad e inteligencia emocional son algunos de los elementos que engloban las soft skills y son importantes porque mejoran la productividad y el ambiente laboral, son clave en procesos de selección y complementan a las habilidades técnicas.

A pesar de que estas se poseen de manera natural, también pueden adquirirse y trabajarse a lo largo del tiempo. Esto es totalmente esencial para el desarrollo profesional y personal, pues permite la interacción efectiva, la adaptación a diversas situaciones y el cumplimiento de metas. Incluso, el 57% de los reclutadores consideran a las habilidades blandas más útiles que las técnicas.

 

¿Cuáles son las soft skills más demandadas?

  1. Resolución de problemas.
  2. Flexibilidad y adaptabilidad al cambio.
  3. Inteligencia emocional y empatía.
  4.  
  5. Comunicación efectiva.
  6. Trabajo en equipo.
  7. Negociación.
  8. Pensamiento crítico-estratégico y orientación a resultados.
  9. Responsabilidad ética.
  10. Capacidad para gestionar el tiempo y planificar tareas.
  11. Creatividad e innovación.
  12. Capacidad de aprendizaje y desarrollo continuo.
  13. Persistencia y resiliencia.
  14. Multiculturalidad y conciencia global.
  15. Proactividad

 

¿Cómo puedes trabajar en tus soft skills?

Tu estadía en la universidad es un gran momento para poder desarrollar tus habilidades blandas y así prepararte para el campo profesional. Para ello, puedes aprovechar distintas actividades académicas y hacer lo siguiente:

  • Participar en clases, debatir, hacer preguntas o explicar temas a compañeros que no los comprenden.
  • Unirse a clubes de oratoria o debates.
  • Escribir en blogs o redes académicas para clarificar ideas.
  • Colaborar en proyectos grupales, delegando y negociando.
  • Participar en competencias académicas.
  • Unirse a equipos deportivos o culturales.
  • Planificar actividades semanalmente.
  • Usar técnicas de gestión de tiempo, como Pomodoro.
  • Aprender a decir “no” para evitar sobrecargas.
  • Participar en investigaciones o proyectos interdisciplinarios.
  • Jugar juegos de estrategia.
  • Tomar cursos fuera de la zona de confort.
  • Enfrentar desafíos, como participar en intercambios académicos o voluntariados.
  • Aprender de los fracasos y verlos como oportunidades para mejorar.
  • Ser mentor/a de tus compañeros en asignaturas que domines.

 

Conclusión.

Por muy sencillo y natural que parezcan este conjunto de habilidades, nunca está de más enfocarse en realizar actividades que fortalezcan aquellas que ya posees o que te permitan adoptar nuevas. De desarrollarlas adecuadamente, es posible que tengas 30% más de probabilidad de ser contratado/a cuando busques un empleo.

En Universidad IUM, además de ayudarte con tus habilidades técnicas, nos comprometemos con tu desarrollo personal, el cual, sin duda, incluye reforzar tus habilidades blandas.

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