Día de Muertos en México
La tradición del Día de Muertos tiene su origen mucho antes de la Conquista, en el México prehispánico. Los mexicas, una de las culturas más grandes de nuestro país y de Latinoamérica, tenían una interpretación muy particular de la muerte. Creían en el Mictlán, el inframundo al que llegaban la mayoría de los fallecidos, cuyo nombre significa “lugar de los muertos”. El Mictlán está dividido en nueve niveles que las almas deben atravesar para alcanzar el descanso eterno. Según la cultura mexica, los difuntos realizaban un viaje de cuatro años para llegar al Mictlán, guiados por un Xoloitzcuintle, una raza de perro única y originaria de México.
Había tres lugares de descanso para los muertos, dependiendo de su causa de fallecimiento:
- Tonatiuhichan: También conocido como “Casa del Sol”, era el lugar de descanso de los guerreros que murieron en batalla, los sacrificados y las mujeres embarazadas.
- Tlalocan: Las almas cuyas muertes se relacionaban con el agua encontraban aquí su último lugar de descanso.
- Chichihualcuahuco: Aquí llegaban aquellos que fallecieron siendo bebés, donde eran amamantados por un gran árbol hasta que les llegara el momento de renacer.
La Ofrenda: Fechas y Elementos
La colocación de la ofrenda comienza el 27 de octubre, de acuerdo a las siguientes fechas:
- 27 de octubre: Ofrenda para los animales.
- 28 de octubre: Ofrenda para las almas que murieron de forma trágica.
- 29 de octubre: Ofrenda para aquellos que fallecieron por ahogamiento.
- 30 y 31 de octubre: Llegada de los espíritus de los niños que fallecieron sin ser bautizados.
- 1 de noviembre: Ofrenda de Todos los Santos (niños).
- 2 de noviembre: Ofrenda de los Fieles Difuntos (adultos) y visita al panteón municipal.
La tradicional ofrenda tiene como finalidad ofrecer algo a nuestros difuntos. Entre los elementos más representativos de la ofrenda están:
- Sal y mantel blanco: El color representa la pureza. La sal es el principal elemento de purificación para que el cuerpo del difunto no se corrompa en su tránsito entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
- Agua: Simboliza pureza y sirve para mitigar la sed de las almas tras su largo recorrido.
- Velas y veladoras: La flama guía a los muertos de regreso a su hogar.
- Calaveritas: Ya sean de azúcar o chocolate, representan la muerte de manera festiva, acorde a la tradición de las culturas mesoamericanas.
- Copal e incienso: Limpian el lugar de malos espíritus para que el alma entre sin peligro.
- Flores: Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del alma. El cempasúchil, con su color amarillo, simboliza el Sol y se usa para guiar a las almas a los altares.
- Pan de muerto: Símbolo de fraternidad y afecto hacia los seres queridos.
- Papel picado: Representa el aire, uno de los cuatro elementos presentes en la ofrenda.
- Comida: Se coloca la comida y bebida favorita del difunto para deleitarlo durante su visita.
- Retrato: Indica quién será el alma que visitará la ofrenda.
Visita al Panteón
La visita al panteón tiene como finalidad recordar y honrar a nuestros seres queridos en su lugar de descanso. Se limpia y decora la tumba, se les lleva flores, y algunos familiares se quedan en vela toda la noche, compartiendo alimentos y música que gustaba a sus familiares.
“Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”
— Mario Benedetti.
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